Nuevas reflexiones sobre Picasso y el cubismo en la III Conferencia Magistral Jaume Sabartés

La tercera edición del ciclo de conferencias Jaume Sabartés, que cada año se celebra en honor del fundador del Museu Picasso, contó la semana pasada con la participación del Dr. Christopher Green como conferenciante invitado, que ofreció su visión sobre «Picasso y sus amigos: el cubismo como realismo, 1914-1918».

 

Christopher Green Christopher Green

 

Green planteó la cuestión de cómo el cubismo podía sobrevivir en el París de la Gran Guerra y no guardar relación con la brutal tragedia que se fraguaba a apenas cien quilómetros de la ciudad. Su tesis que ayer presentó en un avance de la exposición «Cubismo y guerra. El cristal en la llama», que se inaugurará en octubre de 2016 en el Museu Picasso y de la que Green es comisario defiende que el cubismo proporcionó un lenguaje pictórico para superar los horrores de la guerra. «El arte permitió superar el conflicto e imponerse a la omnipresencia de la guerra. Los artistas que permanecieron en París no ignoraron el conflicto, sino que se sobrepusieron al mismo mediante el poder del arte […]. Fue una reafirmación absoluta de vida», una manera de expresar una realidad superior a la de la guerra: la importancia de individuo y del arte. Y es en este sentido que el cubismo, durante este período, funcionó como una forma de arte realista, a la vez que evolucionaba como una respuesta colectiva de llamada al orden, y también como una respuesta a la desvalorización del individuo como producto ante el auge de les máquinas.

 

En una conferencia en 1913 Fernand Léger dijo al público que su cubismo era aquello en lo que el realismo pictórico podía convertirse después de que el cine y la fotografía asumieran la labor de plasmar los dramas sociales, el heroísmo y la tragedia de las guerras. En París, en el transcurso de aquella que los franceses llamaron la Gran Guerra, resultaba imposible ignorar la tragedia. La guerra, tal como expresó Braque, era una obsesión y, según Green, «la capital de la modernidad por excelencia, París, dejó de serlo y se convirtió en una ciudad hundida en la oscuridad de la noche».

 

III Conferencia Magistral Jaume SabartésIII Conferencia Magistral Jaume Sabartés. Museu Picasso de Barcelona. Foto: Dani Rovira

 

Picasso y aquellos que continuaron trabajando como cubistas en París, entre el 1914 y 1918, dejaron a los demás y, sobre todo, en manos de la reproductibilidad mecánica de la fotografía y del cine la tarea de grabar aquello que estaba pasando en el frente occidental, a apenas cien quilómetros de la ciudad. Continuaron realizando arte figurativo, mientras rechazaban utilizar la guerra como tema artístico.

 

III Conferencia Magistral Jaume SabartésIII Conferencia Magistral Jaume Sabartés. Museu Picasso de Barcelona

 

Según Christopher Green, para dichos artistas «seguir trabajando del mismo modo que antes de la guerra fue una reafirmación absoluta de vida» y «se negaron a que su obra tratase sobre la guerra de una forma directa». Para estos artistas, que residían en París, el cubismo no suponía una negación del conflicto, sino, todo lo contrario, una afirmación positiva de su individualidad ante la mecanización de la muerte, en la guerra. Green cree que «la realidad del conflicto era imposible de escapar y el cubismo se reafirmó como el poder del individuo para continuar creando arte en las peores circunstancias».

 

III Conferencia Magistral Jaume Sabartés. Foto: Dani RoviraIII Conferencia Magistral Jaume Sabartés. Museu Picasso de Barcelona. Foto: Dani Rovira

 

Aquellos que regresaron del frente también hicieron lo mismo; como Braque, redescubrieron el placer de pintar tras sufrir graves heridas de guerra y volvieron a los temas que siempre habían pintado. De hecho, tras la guerra, el cubismo continuó siendo un campo lleno de posibilidades. En un primer momento, parecía que el lenguaje pictórico sería abandonado, pero, de hecho, experimentó un desarrollo hacía la figuración, que, en el caso particular de Picasso, supuso «un nuevo tipo de figuración, una metamorfosis del lenguaje artístico, que, en última instancia, provocó que más adelante el Guernica fuera posible».

 

Autor: Redacción del museo

1 Comentario
  • Tudor
    abril 10, 2016

    Estoy trabajando sobre las obras del Pablo Picasso. Mis obras están hechas con piedras y con conchas de la playa sin manipular.

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