Picasso en el recuerdo: testimonio. Assumpta Escudero

Quedan pocas voces testimoniales de la inauguración del Museu Picasso, de aquel 9 de marzo de 1963 que ya ha pasado a formar parte de la historia de nuestra ciudad, de nuestro país.

El Assumpta Escudero Ribot (Llançà -Alt Empordà-, 18 de diciembre de 1931) no asistió al acto inaugural: no obstante su particular situación profesional y personal la hacen un testigo de excepción.

Presentación del libro Los Picassos de Barcelona de Cesareo Rodríguez Aguilera con Joan Ainaud de Lasarte, Polo Picasso y Christine,  y Claude Picasso entre otros. 25/10/1974. Museo Picasso, Barcelona. Fotógrafo: Joaquín M. Domínguez

Lo entenderemos enseguida. En 1953, momento en el que el Ayuntamiento de Barcelona compró el Palau Berenguer de Aguilar de la calle de Montcada, futura sede del Museu Picasso, Escudero comenzó a trabajar en el Gabinete Numismático, uno de los museos de la ciudad.

Cuando se tomó la decisión (consensuada con Picasso) de destinar este palacio al Museu Picasso, haciendo las obras de rehabilitación, se encontraron, en 1961, unas pinturas murales de temática histórica fechadas aproximadamente del 1285 a 1290 (narran la conquista de Mallorca por parte de Jaime I el Conquistador, en 1229). Joya del gótico lineal catalán, fueron trasladadas al actual Museu Nacional d’Art de Catalunya el año siguiente de su descubrimiento. Escudero formó parte del equipo de trabajo destinado a estudiar y restaurar el palacio:

«Recuerdo cómo se iban derribando las paredes y tabiques que habían compartimentado el primitivo palacio para convertirlo en pisos de alquiler, y la alegría que tuvimos cuando descubrimos las pinturas de la Conquista de Mallorca.»


Llegada del conjunto de Las Meninas con Joan Ainaud de Lasarte. 05/09/1968. Museo Picasso, Barcelona. Fotógrafo: Pérez de Rozas

En 1962, Assumpta Escudero se casó con Joan Ainaud de Lasarte, entonces Director General de los Museos de Arte del Ayuntamiento de Barcelona, profesional primordial en la gestión de la creación del nuevo centro.

Assumpta, por motivos personales, no asistió al acto inaugural del Museu Picasso, sin embargo lo vivió a través de su marido:

«Hasta la vigila de la inauguración, mi marido estuvo muy preocupado porque desde Madrid llegaban órdenes al Alcalde para que el museo no se llamara Picasso. El último telegrama se recibió la víspera. El Sr. Porcioles llamó a mi marido para preguntarle si debía inaugurarse el museo con el nombre de Palacio Berenguer de Aguilar. Juan le contestó: «Si no se dice Museu Picasso, no espere ni un donativo más.» Porcioles dio la orden de colocar el rótulo ya preparado de Museu Picasso. Hasta que Juan regresó a casa después de la inauguración, estuve muy angustiada.»

Además aquel histórico acontecimiento vivido a través de su marido, Escudero tuvo el privilegio de conocer a Picasso a principios de julio de 1971. Anna Maria Torra (esposa del editor barcelonés Gustau Gili) le brindó la oportunidad:

«Los Gili y mi marido preparaban este viaje para llevarle la palma y hablar sobre la «futura» puerta del Museu Picasso. A mí me hacía mucha ilusión ir a conocerlo, pero Juan no quería ni oír hablar de ello porque mi presencia, no esperada por Picasso, pudiera predisponerlo en contra de la visita. Uno tenía que ser esperado e invitado para entrar en el recinto de Picasso en Mougins (la masía de Notre Dame de Vie). Le comenté a Anna Maria Torra de Gili y encontró la solución: yo iría invitada por el matrimonio Gili para presentarme a Picasso, lo que mi marido tuvo que aceptar y me hizo muy feliz.»

Visita de Jacqueline Picasso, con Joan Ainaud de Lasarte. 1982. Museo Picasso, Barcelona. Fotógrafo: desconocido

Los matrimonios Gili-Torra y Ainaud-Escudero se desplazaron a Cannes en avión. Después fueron a la casa de Notre Dame de Vie donde fueron recibidos por Picasso y su esposa Jacqueline:

«Llamamos a la puerta de la casa, nos anunciaron, la puerta se abrió y vi a Picasso. ¡Estaba emocionada! Las dificultades para ir hacían crecer esta emoción. Cuando fui presentada a Picasso y Jacqueline, lo que más me atrajo fueron los ojos de Picasso: brillaban y parecía que lo miraban todo a la vez […]. En casa de Picasso entramos en una sala con una mesa muy larga y le entregamos la palma, cosa que Picasso elogió y agradeció mucho. Después mi marido y Gili comenzaron a esparcir grabados por encima de la mesa. Se trataba de que Picasso eligiera uno para convertirlo en modelo para la puerta del Museu Picasso, una vez ampliado con el Palacio del Barón de Castellet, para acoger el donativo que Picasso había hecho en marzo de 1970 de todas las obras (quizás más de un millar) que su familia guardaba en el piso del Paseo de Gracia.

Me senté frente a Picasso y seguía obsesionada con los ojos del artista que iban recorriendo todos los grabados para hacer la selección. ¡Era maravilloso! En un momento dado, Jacqueline, que estaba sentada en su mecedora junto al maestro, se levantó y se me acerco invitándome a sentarse al lado de su marido, en el balancín. Me hice de rogar porque para mí el balancín y Jacqueline eran un todo, pero insistió: «¡Sí, te pido!» […] No me duró mucho porque Picasso debió pensar que me aburría y dijo a su secretario [Mariano] Miguel que me abriera todos los almacenes para que paseara entre todas sus obras de arte. Vi y sostuve en mis manos esculturas, cerámicas y pinturas de Picasso, pero también de Cézanne, Miró y otros que formaban parte de su colección particular. Estaban por todas partes; sobre las mesas, en la pared y el suelo. ¡Era emocionante! […]

Seguramente Anna Maria explicó a Jacqueline, mientras yo estaba en los almacenes, cómo y por qué me había invitado a conocer a Picasso, porque pocos días después mi marido recibió una postal de Jacqueline: «Pablo y yo hemos estado muy contentos de veros a los dos. Besos. Jacqueline».»

Entrega en depósito de la obra La Mujer Muerta por la Fundación Picasso con Joan Ainaud de Lasarte y Gustavo Gili Esteve. Reventós. 10/23/1973. Museo Picasso, Barcelona. Fotógrafo: desconocido

En aquellos momentos el secretario de Picasso era Mariano Miguel. Jaume Sabartés, el amigo y hombre de confianza de media vida, había muerto en febrero de 1968. Escudero también había conocido a «Jaumet» (Picasso a veces lo llamaba así), el otro gran artífice, junto con el artista, de la creación del Museu Picasso de Barcelona. Le había visitado en su domicilio parisino; además, Sabartés había ido a comer a casa de Ainaud – Escudero en una de sus estancias en la capital catalana. Escudero recuerda a Sabartés con estas palabras:

«Para mí fue como un abuelo que se desvive para explicar cosas a sus nietos.»

Los Ainaud también conocieron a Polo, el hijo del artista y su primera esposa, la bailarina rusa Olga Koklova. Los primos Juan y Miguel Gaspar acompañaron a Polo ya su mujer en casa de los Ainaud para que el hijo del artista dijera de viva voz al Dr. Ainaud su deseo de incrementar el patrimonio picassiano en el Museu Picasso:

«Un día vinieron a casa los primos Miguel y Joan Gaspar con un matrimonio. Eran Polo Picasso y su esposa. Los Gaspar llevaron a casa a Polo Picasso porque querían que él personalmente dijera a mi marido lo que les había adelantado a ellos.»

Después de la muerte de Pablo Picasso Polo se sentía el cabeza de familia; como tal manifestó el deseo de continuar haciendo donaciones al Museu Picasso de Barcelona:

«Desgraciadamente, al poco de esta conversación […] nos enteramos de la muerte súbita de Polo Picasso al volver a casa. Por desgracia para nuestra ciudad, toda aquella conversación no había servido para nada.»

Visita de Daniel Henri Kahnweiler, con Joan Ainaud de Lasarte. c . 1980. Museu Picasso, Barcelona. Fotógrafo: Joaquín M. Domínguez

Como hemos visto, Assumpta Escudero no asistió al acto inaugural, pero sus vivencias picasianas merecen nuestro silencio y escuchar, escuchar el pasado para vivir el presente y construir el futuro: historia construida con los documentos pero también con la memoria oral de quienes la vida les ha llevado a disfrutar de eventos memorables, historias que hacen historia y ayudan a construirla.

Claustre Rafart i Planas

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2 Comentarios
  • Jaume Maymó
    noviembre 27, 2013

    Benvolguda CLAUSTRE, felicitats un cop més pel teu treball sempre interessant i sorprenent al voltant de Picasso i la nostra ciutat, i per aquest testimoni de l’Assumpta Escudero que ens fas arribar. Aquesta nota i la celebració dels 50 anys del Museu em fan recordar també el gran testimoni escrit que ens va deixar el matrimoni Elvira Farreras i Joan Gaspar en les seves Memòries «Art i vida a Barcelona 1911-1996, recollides per Antoni Ribas i editades per La Campana, l’any 1997.

  • Claustre Rafart
    noviembre 28, 2013

    Hola Jaume, Moltes gràcies per l’estímul que suposa la teva opinió, sempre ben acollida. Quant a les memòries que referències, penso que són molt il·lustratives, no només dels seus protagonistes, l’Elvira Farreras i en Joan Gaspar, sinó també de la Barcelona del moment.

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