La recuperación del esplendor neoclásico en el Palacio del Baró de Castellet del Museu Picasso

A raíz de la intervención de conservación-restauración, realizada durante los últimos meses por el equipo de restauradores de Blanca Lopez de Arriba, Beatriz Montoliu y Jesús Zornoza, el visitante del museo puede disfrutar de nuevo de este singular conjunto decorativo.

Detalle del proceso de limpieza y recuperación del marmoleado original

Detalle del proceso de limpieza y recuperación del marmoleado original

Ha sido un trabajo de altura (no apto para gente con vértigo) ya que para acceder hasta el último rincón de la cornisa se ha tenido que instalar una compleja estructura de andamio a 9 metros del suelo.

Dando los últimos retoques con la ayuda de un elevadorUna restauradora durante el proceso de limpieza

Dando los últimos retoques con la ayuda de un elevador | Una restauradora durante el proceso de limpieza

Este meticuloso trabajo ha permitido recuperar los 80m2 de techo y 280m2 de muros ricamente decorados con efectos de imitaciones de mármol, dorados y porcelana sobre las pilastras, cornisas y esculturas que habían quedado escondidas por el paso del tiempo y las poco afortunadas intervenciones anteriores.

Barcelona siempre ha sido una ciudad viva y en constante transformación y el Palacio del Baró de Castellet es un buen ejemplo. A finales del siglo XVIII la estructura gótica original fue parcialmente transformada. De este modo, el edificio fue remodelado al gusto de la época, atestiguando la voluntad de su propietario de integrarse a las nuevas corrientes neoclásicas que la Ilustración propugnaba en la arquitectura.

Proceso de restauraciónProceso de restauraciónAcabado final de uno de los detalles de la pared

Diversas etapas del proceso de restauración | Acabado final de uno de los detalles de la pared

Este salón, decorado probablemente después de 1792 (fecha del momento en que el Baró recibe su título nobiliario) representa uno de los pocos ejemplos conservados de arquitectura de interior neoclásico en Barcelona y es el testimonio de este gusto afrancesado que el Baró pudo ver durante un viaje realizado a San Petersburgo.

La decoración reúne todo el repertorio de motivos del neoclásico: una exuberancia de cornisas, pilastras, superficies estucadas y doradas, relieves y esculturas talladas en madera con putti y bustos de filósofos. Unos espejos estratégicamente instalados dan al conjunto un juego visual de profundidad y perspectiva.

Desde la creación del Museu Picasso, el salón ha sido un espacio polivalente integrado en el circuito de la visita de la Colección, pero el uso y el paso del tiempo habían pasado factura.

Detalle de antes del proceso de limpiezaDetalle de después del proceso de limpieza

Detalle de antes y después del proceso de limpieza

La intervención realizada ha seguido tres objetivos principales: detener los procesos de degradación propios de un espacio que recibe anualmente casi un millón de visitantes, hacer un mantenimiento y limpieza del conjunto y recuperar el espíritu de la decoración original, eliminando aquellas actuaciones anteriores que la habían desvirtuado, alejándolo al gusto del siglo XVIII.

Restaurador treballant el sostre

Trabajando el techo

El magnífico resultado final es fruto de un compromiso estético y técnico que ha permitido recuperar la unidad del conjunto decorativo, sin descuidar las intervenciones curativas indispensables para su conservación. Paralelamente se han realizado otras actuaciones de conservación preventiva centradas en la mejora de infraestructuras.

Reyes Jiménez
Responsable del departamento de conservación preventiva y restauración

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