Pi, pica, picas(so): música y barrio en el museo

Bajo el nombre de Pi, pica, picas(so) y por segundo año consecutivo, el Museu Picasso ha abierto las puertas un lunes de primavera a los niños y niñas de las guarderías y parvulario del barrio para ofrecerles un concierto de música en directo a cargo del grupo Tres & Jazz. La propuesta musical se inspira en una selección de cinco pinturas, una cerámica y algunas fotografías de Picasso que los niños han tenido ocasión de mirar y observar con todo detalle durante todo el curso en la escuela.

Niños y niñas del barrio en pleno concierto

El alma y el motor de este proyecto es un trabajo de colaboración entre los profesionales del Centro de Recursos Pedagógicos de Ciutat Vella y tres profesionales de tres ámbitos de la Educación: Reina Capdevila, Georgina Vila y Roser Ros. Cada una, desde su disciplina (música, lenguaje y artístico), se encamina hacia las otras, obteniendo así un resultado común y transversal.

Este resultado lo transmiten al profesorado a través de unas sesiones de formación en que aportan materiales, recursos didácticos, metodologías, etc. para que los profesores puedan trabajar, mediante las obras y piezas musicales, diversos aspectos ligados con estos tres ámbitos, y transmitirlo a los principales receptores: los niños. Cada maestro lo hace a su manera, pero con un mismo objetivo y partiendo desde un mismo proyecto.

Reina Capdevila, Georgina Vila y Roser Ros

La propuesta finaliza con el encuentro de todos los participantes en un concierto al aire libre, en los patios del museo. Así, para la clausura, los niños se desplazan al museo en compañía de sus maestros para asistir a la audición de las músicas ya escuchadas en la escuela, y que se han vinculado a las diversas obras de Picasso escogidas.

La ocasión ha sido muy especial: más de 450 niños en tres turnos han visto interpretadas las músicas por una formación de trompeta, guitarra y batería, y han podido cantar con ellos las canciones aprendidas y, además han escuchado sus sonidos y melodías mientras desfilaban ante sus ojos unas pinturas (¡desgraciadamente en reproducción, ya que era al aire libre!) ya conocidas por ellos, que en el marco del museo parece que adquieran vida. Además de la experiencia auditiva y visual, hay que añadir la vivencia del desplazamiento y la posibilidad de pasear y de habitar durante un rato entre las piedras y arcos del magnífico edificio que es la sede del Museu Picasso.

Músicos, niños y educadoras durante el concierto

Todo ha sido posible a colaboración de los equipos y personas de diversos equipamientos culturales, educativos y artísticos.

¡Gracias a todos!

Catalina Ferrer y Roser Ros

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