El congreso Museums and the Web, del que ya hemos hablado en otras ocasiones, ofrece una plataforma privilegiada para debatir sobre el uso de Internet y las nuevas tecnologías en la difusión de los museos y sus colecciones. El Museu Picasso de Barcelona participó por primera vez el año 2008, cuando presentamos la nueva web, y desde 2009 colaboramos en el Comité Internacional de Programa. Gracias a este vínculo, hemos podido contar con la presencia en el museo de los dos directores del congreso, David Bearman y Jennifer Trant, que vinieron a impartir la conferencia «Conseguir una audiencia global. Atraer al visitante local». Esta sesión, junto con la charla y el taller dirigidos sólo unos días antes por Nina Simon, ha permitido ofrecer a los profesionales catalanes una visión amplia y de primera mano de las propuestas más innovadoras a nivel mundial en el campo de la participación y los museos 2.0.
David Bearman y Jennifer Trant enfocaron la conferencia desde una vertiente eminentemente práctica, ilustrándola con numerosos ejemplos de buenas prácticas de museos de todo el mundo. Los dos directores remarcaron las grandes virtudes de la presencia de los museos en la red. Según Trant, el solo hecho de disponer de una página web ya obliga a las instituciones a refrescar y a renovar frecuentemente su imagen, porque la percepción de los usuarios digitales cambia de manera mucho más rápida que la de los visitantes tradicionales. Por otra parte, es evidente que Internet ofrece unas magníficas oportunidades de conexión con el público que no se deben desaprovechar. Por ello instaron a las instituciones a romper barreras y a abrir las puertas a los usuarios. Uno de los mensajes centrales de Jennifer Trant resulta muy claro en este sentido: «Los museos no pueden esperar que la gente vaya a buscar los contenidos en su web. Es responsabilidad de las instituciones llevar las colecciones allí donde se encuentra e interactúa la gente».
La sala de actos se llenó para escuchar a David Bearman y a Jennifer Trant
Los museos deben perder el miedo a la participación activa de los internautas, que pueden enriquecer sus colecciones con nuevos datos e interpretaciones. Esta idea no es tan alocada como puede parecer de entrada. Lógicamente, siempre habrá un desfase entre la mirada del público y la visión más especializada del conservador y demás expertos. Se ha podido constatar que más del 90% de las palabras utilizadas por los usuarios para describir las piezas de algunos museos no aparecen en las reseñas que se incorporan en las colecciones en línea. Pero cuando se pregunta a los profesionales qué piensan de las etiquetas propuestas por el público, en más del 90% de los casos consideran que son términos adecuados como descriptor público. La contundencia de este porcentaje demuestra que la implicación de los internautas en la generación de los contenidos en línea de un museo puede llegar a ser muy provechosa y enriquecedora, sin que se pierda el rigor en la transmisión de los datos.
En la búsqueda de una mejor interacción con el público, incluso con aquellos que a priori no están interesados en nuestro museo, David Bearman y Jennifer Trant presentaron varias herramientas tecnológicas que pueden ayudar a difundir y hacer más atractivos los contenidos. Entre las diferentes propuestas, destaca el sistema Museums APIs, que permite que usuarios externos al museo puedan incrustar legalmente contenidos del catálogo en línea en sus páginas web, de un modo similar a como ya se hace, con mucho éxito, con el sistema Google Maps. Otras herramientas interesantes pueden ser Open Exhibits, que permite crear tu propia exposición virtual, el gestor de colecciones Collections Space o la tecnología de la realidad aumentada. Muchos de los nuevos recursos están vinculados a dispositivos móviles, que son uno de los canales de comunicación con un mayor potencial actualmente. Sin embargo, su desarrollo es aún muy embrionario. Otro campo del que se puede sacar mucho más jugo es el de los juegos en línea.
reaching a global audience / engaging the local visitor
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Bearman y Trant animaron a los museos a aprovechar al máximo todas las plataformas de comunicación digital, porque por muy diferentes que sean no sólo no compiten entre ellas, sino que en la red su efecto se multiplica. Por otra parte, constataron que los museos son incapaces de controlar por qué canales se distribuyen sus datos o cómo se interpretan. Este hecho, más que molestarnos u obsesionarnos, debería servir para estudiar cómo se difunde la información en Internet, y así aprovechar mejor su potencial. En este sentido, Bearman y Trant instaron a los museos a aunar esfuerzos y a establecer puentes con proyectos globales ya consolidados, como la Wikipedia.
A modo de conclusión, los dos expertos enumeraron cuatro estrategias básicas que los museos deberían tener en cuenta si quieren situarse de manera adecuada en el entorno digital:
- Personalizar y humanizar el contacto con los usuarios.
- Buscar la colaboración y la implicación del público.
- Evaluar cómo se utilizan nuestros recursos y qué impacto tienen nuestras acciones en la red.
- Desarrollar herramientas que ayuden a construir y consolidar una comunidad online para el museo.
David Bearman constató que la realidad virtual cada vez se integra y se imbrica más en nuestra realidad física, borrando todas las fronteras. El desafío de los museos está en saber conectar la realidad de las colecciones con la realidad física y virtual del público.
Martí Casas
En prácticas en el Museu Picasso del máster de Gestión del Patrimonio Cultural de la Universitat de Barcelona
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¿Qué usos de la tecnología os parecen los más indicados para los museos?
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