El papel pintado. El Museu Picasso en el Château de Prangins, Suiza

Faire parler les murs, papier peint in situ, es el título de las jornadas que han tenido lugar en Suiza, en el Château de Prangins. El Museu Picasso de Barcelona hemos estado invitados a presentar una comunicación sobre el conjunto decorativo en papel impreso, del s. XVI, encontrado en 2009 en una de las salas de la planta baja del Palacio Aguilar.

El castillo de Prangins es una magnifica construcción de 1700 situada a la orilla del lago Lemán y desde 1993 es la sede del Musée national suisse.

Château de Prangins

La celebración del coloquio en el castillo de Prangins no fue casual. A lo largo de su historia, el papel pintado tuvo un lugar destacado en la decoración interior de las paredes del edificio. Una magnífica exposición titulada Papiers Peints, poésie des murs, comisariada por Helen Bieri Thomson, conservadora del museo, ha recogido los testimonios de las intervenciones de los diferentes propietarios y la clasificación de las múltiples manufacturas de papel pintado inventariadas en el edificio.

Techo artesonado y detalle del papel pintado

Este encuentro entre especialistas en papel pintado, técnicos en Patrimonio, historiadores y restauradores, ha sido una excelente ocasión para difundir nuestro conjunto y confrontar opiniones sobre las posibilidades de su origen y manufactura. Tal como habíamos apuntado en el momento de la restauración del conjunto y la posterior presentación en las Jornadas de las Egipcíaques en noviembre de 2009, hemos podido ratificar que la decoración del techo del Palacio Aguilar es una manufactura del renacimiento tardío, finales del s. XVI.

La utilización del papel impreso fue una práctica recurrente para el cubrimiento de interiores de muebles, decoraciones de instrumentos musicales, pequeños objetos… pero la utilización para la decoración de espacios interiores representa una faceta muy poco conocida. Los ejemplos conservados no son numerosos, aunque recientes estudios han confirmado la existencia de sugerentes papeles impresos tanto para recubrimiento mural (ancestro del papel pintado), como para recubrimiento de artesonados.

En opinión de los especialistas, este sistema decorativo fue una solución que respondía entre otros factores a motivos económicos, ya que era una manera simple de imitar materiales costosos como la marquetería en maderas de calidad o los tejidos bordados.

En nuestro caso, parece una clara voluntad de continuidad estética con los ciclos decorativos conservados en otros techos del edificio. No olvidemos, que el Museu Picasso conserva magníficos ejemplos de techos artesonados con policromía a partir del siglo XIV, y el recurso de la imagen impresa podía ser una solución excelente.

La conexión con el mundo de los impresores, tan importante en la Barcelona del s. XVI, es una vía abierta de estudio para la continuación de nuestra investigación. Una manera de ampliar el conocimiento sobre la historia del edificio y de sus propietarios.

Reyes Jiménez
Conservación preventiva y restauración

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