Los edificios que conforman el Museo Picasso requieren un mantenimiento constante, ya sea de obra civil, de instalaciones, de pintura ….
Este otoño ha tocado modificar el sistema de aire acondicionado de la planta baja. Ha sido necesario aislar el circuito y adquirir una nueva máquina refrigedora. El proyecto ha sido relativamente fácil de hacer, pero la realización ha topado con problemas logísticos de primera orden.
La refrigeradora tenía que situarse en la cubierta de uno de los edificios; era una sola pieza de dimensiones y peso considerables. El transporte de este aparato hasta la cubierta es lo que ha sido más complicado.
De entrada ha sido necesario hacer llegar una grúa capaz de subir la máquina directamente a un edificio de 4 plantas. Os podéis imaginar las dimensiones… y el único acceso es por la calle Flassaders y la Plaza Sabartés, en el corazón de la Barcelona medieval donde las calles no miden más de 2’5 m. de ancho.
Ha sido un espectáculo de destreza y de profesionalidad del conductor tanto el hecho de llegar a un punto que facilitara la operación como la misma operación de subir la máquina por encima de los edificios existentes.
Seguro que la gente que visita el museo ni se imagina todo lo que sucede de «puertas adentro» para hacer funcionar este equipamiento, pero quienes hoy paseaban por el Barrio de la Ribera ¡se han podido hacer una pequeña idea!
Seguro que este invierno, ahora que finalmente ha llegado el frío, cuando la gente que trabaja en la planta baja -consigna, información, recepción, taquillas- tengan que encender la calefacción para calentar las paredes de piedra, ¡más de uno se acordará del conductor de la grúa!
Núria Fradera
Gerente
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