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Los colores de los Picassos o la misión imposible

¿Quién no se ha sentido decepcionado alguna vez, incluso enojado, cuando a la salida de una buena exposición, con unas obras magníficas, se ha puesto a mirar el catálogo de la muestra? ¿Por qué las reproducciones están a menudo tan alejadas de la realidad que unos minutos antes se ha grabado en nuestra retina? ¿Por qué la mayoría de las postales que queremos comprar parecen pobres y poco fieles?

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Verificando la prueba de color a la obra Retrato de Benedetta Bianco

Detrás de cada reproducción de una obra de arte hay una larga cadena de esfuerzos para conseguir que lo que el visitante o el comprador ven se acerque lo más posible al original. Pero a veces esta misión imposible no llega a buen puerto. Son muchos y muy diferentes los escollos que surgen durante la travesía.

En primer lugar, las imágenes que forman parte de un catálogo proceden de fuentes muy variadas y tienen calidades muy diversas. Aunque al pedirlas a los propietarios de la obra (museos y particulares) o a los archivos fotográficos se especifican unas características técnicas que han de garantizar una correcta reproducción de la pieza, el archivo que se recibe no siempre las cumple. Serían incontables las anécdotas sobre los milagros que nuestros especialistas en fotomecánica han tenido que hacer para convertir una imagen en publicable.

En segundo lugar, nos enfrentamos también a un problema técnico de fondo. Hoy en día, prácticamente todas las fotografías que encargamos y recibimos son digitales y como tales se generan con unas dimensiones, resolución, paleta de colores y formato que garantizan una buena reproducción en dispositivos lumínicos (que usan el modelo de color RGB). Pero, ¿qué pasa cuando estas imágenes se reproducen en papel y mediante el sistema de impresión offset? Pues que, en este paso, se pierde mucha de la información cromática que posee el archivo digital, ya que en cuatricromía solo podemos utilizar cuatro colores de base (amarillo, cian, magenta y negro).

Pantone
Pantone. La primera pestaña de la derecha contiene los colores básicos de la cuatricromía (amarillo, magenta, cian y negro)

Entonces, ¿qué hacemos para intentar acercar lo más posible la reproducción a la realidad? Los técnicos en fotomecánica preparan lo que denominamos “prueba de color”, es decir, una impresión de la imagen mediante una impresora calibrada según la norma ISO 12647-2 (Fogra 39L). La prueba, aunque de un aspecto “brillante” que no se corresponde con el del papel que se usará en la impresión, permite que nos hagamos una idea de cómo se verá la imagen final. Esta prueba se compara con la obra original que conservamos en el museo y así podemos ver qué correcciones debemos realizar en el archivo digital que irá en la maqueta. Se realizan tantas correcciones como sean necesarias hasta que finalmente obtenemos una prueba (y por tanto un archivo) definitiva que consideramos correcta. Pero, ¿qué pasa cuando la obra a reproducir no está en nuestro museo? ¿Cómo podemos estar seguros de que la prueba que tenemos se le parece? En estos casos, pedimos al propietario que nos envíe una prueba que considere acertada o le hacemos llegar la nuestra para que nos la valide. En ocasiones, las indicaciones ?”un poco menos oscura”, "demasiado negra”...? no son fáciles de convertir en correcciones reales si seguimos sin disponer de una imagen correcta de la obra.

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Salida de las pruebas para la impresora y lectura de la cuña para certificar las imágenes. Fotografías: Tractament i Ajuda Gràfica

Finalmente, fotomecánica imprime un juego de pruebas que consideramos que son ya definitivas. Todas las imágenes de las obras de Picasso las enviamos a Sucesión Picasso en París y ellos nos dan su visto bueno para reproducirlas o nos indican las correcciones que consideran oportunas.

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Certificación de la idoneidad de las imágenes según la lectura de la cuña. Fotografía: Tractament i Ajuda Gràfica

Una vez validadas todas las pruebas, las preparamos para mandarlas a imprenta. Allí las revisarán y las utilizarán como referencia en el momento del tiraje del libro. Pero lo que sucede en esta parte del proceso os lo explicaremos en otro post.

Marta Jové
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