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"La ofrenda" de Picasso: una donación al museo por sorpresa

Una de las mayores alegrías de mi vida profesional fue cuando en el museo nos enteramos de que en el Daily Telegraph del 1 de mayo de 1984 se informaba de las disposiciones testamentarias de Lord Amulree. Basil William Sholto Mackenzie, segundo Barón Amulree (1900-1983), Doctor en Medicina, especializado en geriatría y en enfermedad crónica, Presidente de la Society for the Study of Medical Ethics y representante del Partido Liberal en la cámara de los Lores entre 1955 y 1977, legó una pintura de Matisse a la Tate Gallery, un Monet a la National Gallery of Scotland, un Braque al Israel Museum de Jersusalén y La ofrenda de Picasso al Museu Picasso de Barcelona. Fue el historiador del arte y coleccionista inglés, Douglas Cooper (1915-1985), quien notificó la donación a los responsables del museo y les puso en contacto con los albaceas testamentarios. Una vez solucionados los problemas legales y tributarios, La ofrenda llegó al museo y fue presentada el 19 de noviembre de 1985. Los sentimientos del personal del museo derivaron de una sorpresa inicial a un sentimiento de euforia y gratitud, comunes ante cualquier donación, pero acrecentados, en este caso, por la ausencia de relación directa con el benefactor, por lo insospechado del legado y por la importancia de la obra, ya que el conjunto de dibujos y pinturas dedicados al tema de la ofrenda es de vital importancia para entender el camino recorrido por Picasso hacia la creación del Cubismo. Este gouache, pequeño en su tamaño, pero grande en su significado se ha convertido en una de las obras más emblemáticas del museo y es un paradigma de cómo Picasso se nutre del pasado y lo dinamita para crear su propio lenguaje.

La Ofrenda

Pablo Picasso. La Ofrenda. París 1980. Guache sobre cartón con imprimación blanca. 30,8 x 31,1 cm. Donación Lord Amulree, 1985. MPB 112.716

El descubrimiento del arte africano, las visitas al museo del “Trocadero” y la exhibición de Grandes baigneuses (1899-1906) de Cézanne en el parisino Salón de Otoño de 1907 tuvieron un efecto inmediato en la producción de los jóvenes artistas que buscaban nuevas formas de expresión. Como Georges Braque y André Derain, Picasso realizó unas pinturas con figuras deliberadamente someras y primitivas, reflejo y síntesis de las composiciones del maestro de Aix y de la simplificación formal de las tallas africanas. La amistad, Tres mujeres, Mujeres en el bosque y La ofrenda constituyen la respuesta de Picasso a los postreros trabajos de Cézanne.

La Ofrena

Museu Picasso de Barcelona. Imagen de la cartela explicativa sobre el dibujo preparatorio, Musée Picasso de París

La ofrenda celebra la reconciliación del artista con su compañera Fernande y rinde tributo a las escasas pinturas eróticas de Cézanne. En el primer dibujo preparatorio, que forma parte de un carnet de dibujo datado en 1907-1908, una mujer yacente recibe un ramo de flores de un personaje masculino bajo la atenta mirada de un ángel. La figura alada desaparece en el segundo esbozo y una anotación manuscrita en español describe el argumento de la escena: “Está acostada en una cama y él/ la descubre levantando la sábana detrás de las colgaduras del / lecho y el cuarto, él tiene / un ramo de flores en la / mano”. Malén Gual Conservadora

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